¿Qué recuerda
Ud.de los bosques de caldenes de nuestra
provincia?
Antes de responderles a esa pregunta nos vamos
a ubicar en la geografía pampeana,
fíjense que nosotros estamos favorecidos
por una región de suelos fértiles
y lluvias abundantes
.En primitivas épocas también
aquí había flora y fauna autóctona
que fue desapareciendo o fue desplazada por los cultivos .Pero la zona
sobre la cual ustedes están ocupa
la franja central, esa que se llama “CaLdenal” y que guarda lugares preciosos.
¿Y acerca de la
deforestación e incendio que han sufrido?
Conozco la
región por haberla atravesado
camino a “Parque Luro” o al “Parque
Nacional Lihué Calel” pero recuerdo que la gran deforestación y los incendios
sufridos por este bosque ocurrieron principalmente en los dos siglos anteriores
al SxxI.
Primero hablemos del fuego, que fue la práctica más antigua
usada por los indígenas para manejar el monte y mantenerlo abierto, no para
destruirlo porque ese monte era lugar de protección en los troncos del “Hiutrú”,
como llamaban al caldén, en él también encontraban reservorio de agua, se
escondían y descansaban.
Otra cosa son los fuegos causados por la imprudencia del
hombre que pueden arrasar con miles de hectáreas
En cuanto a la deforestación, la segunda guerra mundial fue
el inicio del acontecimiento que provocó el gran auge de los hacheros.
El caldén pasó a ser el “Oro del monte” y en esa época los
pueblos que se iban levantando cerca del monte cobraron nueva vida. Según los
historiadores, Luan Toro se convirtió en la copa del caldén. Centenares de
hacheros, llegaban de todas partes del país y se producía leña para alimentar
las locomotoras del ferrocarril y que éste además la llevara a distintas partes
del país.
En un año se llegó a entregar 500.000 toneladas de leña.
Miles de trabajadores talaron sin piedad, casi irracionalmente. Una vez
terminada la guerra, lentamente comenzó la declinación a la demanda de leña a
escala industrial y los pueblos sufren la disminución de su población. La
tierra arada era usada para la cría de ovejas lo que siguió contribuyendo a
desnudar el tapiz vegetal y a la erosión.
Desde entonces el “Hiutrú” permaneció en montes pequeños,
algunos desparrama dos y solos a lo largo de La Pampa.
¿Tenemos conocimiento
de que Ud. ha escrito una poesía que hace referencia a los caldenes,
quisiéramos saber en qué se inspiró al realizarla?
En mi libro “Vuelo Segundo”, está la poesía “Homenaje”, que
es en homenaje al Caldén histórico que
se encuentra en la Avenida Sarmiento. Cuando yo era niña, ese caldén era la
referencia que me hacía recordar que allí terminaba esta parte del pueblo y
empezaban las quintas. Hacía ese camino con frecuencia, porque muy cerca estaba
la quinta de un tío de mi padre al que visitábamos.
Como hablábamos antes esta zona no fue nunca de monte o lugares de caldenes, solo
alguno que otro crecía porque el vehiculo
común era el viento que llevaba y traía sus semillas. Cuando lo vi por
primera vez pensé en él como un ser habitante de mi tierra, yo tendría 7 años y
él ya era grande.
¿Qué significado
tiene para Ud.este árbol típico de nuestra provincia?
A veces uno no toma conciencia de lo que significa un “árbol
típico”, un árbol propio, único, que encuentra el lugar exacto para vivir, la
cantidad de agua, la proporción de sol, la forma achaparrada con sus espinas
difusas, el color de sus hojas,la calidez de su copa. Sólo con el tiempo se
siente el orgullo de tenerlo en el territorio que uno elige para vivir y cuando
uno nota que hay personas que lo rescatan del olvido, que lo cuidan, hacen que
nos pongamos a trabajar por ellos. También siento que está muy bien puesto en
el centro de nuestro escudo provincial, junto al cielo azul y al indígena.Por
eso el Hiutrú, es para mi, La Pampa toda,cada una de sus partes la forman.
¿Qué consejo nos
daría Ud.para evitar la deforestación e incendio y así puedan disfrutar de
ellos las futuras generaciones?
Para la deforestación el único consejo es el dos por uno,
cuando sacás un caldén para el aserradero más próximo, colocás dos y siempre tenés
madera.En cuanto al fuego, no hay más que la adecuación, saber respetar el
espacio, es cuestión de aprender a hacerlo, si el fuego es necesario para
controlar malezas se debe tener en cuenta en qué época del año se realiza por
los días ventosos o sequías y hacer contrafuegos para limitar las zonas que se
queman y no dejar el suelo quemado mucho tiempo sin trabajar. Cada caldén
adulto que cae por un incendio es un paso más de historia que muere con él.